Frase del día

"Un peón aislado dispersa tristeza por todo el tablero" (Savielly Tartakower).

25 noviembre 2010

La mujer (Nicanor P.)

La mujer llena de hijos no tenía donde vivir 
Una mujer que era madre, que era hermana 
Esposa no era, había sido 
Una maldición pesaba sobre ella
Sobre su cabeza pesaba un cielo lleno de nubes 
Y sobre sus pies pesaba todo 
Yo estaba ahí de paso 
Una especie de antimujer que lo vislumbra todo 
El otro platillo de la balanza 
Pues podía ser hijo como que efectivamente lo era 
Podía ser padre, hermano 
Podía ser esposo. 


La mujer había elegido el lecho de un río para levantar sus tablas 
Los utensilios domésticos yacían amontonados
Paisajes, matorrales se veían
Se veían piedras. 
Todo esto ocurría en el corazón de una isla 
Qué isla era aquella dios santo 
Dios Santo 
quién era yo para reírme de Cronos 
Preguntaba a la hija idiota qué es aquello 
Apuntando con el índice hacia unos cerros próximos 
¡Nieve! respondía ella
Correcto, era nieve. En verdad era nieve. 
Me daba vuelta y sin dejar de reír preguntaba de nuevo
Mirando ahora hacia el otro confín. 
Nieve respondía de nuevo. 
Estábamos rodeados de nieve
Pero era el corazón del verano. 


Pensamiento profético: 
Toda esta gente va a desaparecer. 
Pensé que esa gente podía desaparecer 
Los hijos mayores podían ser hermanos 
Porque la sangre se había mezclado hacía tiempo 
Los hijos mayores hablaban 
Decían frases
Partirían ellos 
Ellos se presentaban en forma de imágenes 
Tomaban sus sombreros y se retiraban.


"El frío los hará desaparecer" 
Ese pensamiento siniestro se apoderó de mí 
El lecho del río se llenará de agua 
Etc., etc. 


Entonces yo partí en busca de víveres 
Prometí volver con algo seguro
Hacía esfuerzos para no fracasar 
Pero las piernas me temblaban 
Salí al camino 
Pero no, felizmente no 
Aquélla no era una tierra desolada. 
A ambos lados del camino descubrí chozas 
Los pequeños palacios de los campesinos 
Chozas miserables es cierto 
Pero chozas de tierra: no de tablas 
Poco a poco me fui acercando a ellas 
De ellas salía humo 
Con el rabo del ojo vi un corredor 
Ensayé una pregunta, fracasé 
Ensayé otra pregunta que extraje del fondo del espíritu 
Fracasé


Aquellas mujeres me enjuiciaban 
Dios Santo para qué me enjuiciaban aquellas mujeres 
Si yo sólo era un transeúnte 
Un quijote que no conoce los caminos 
(Con el nombre de la isla me hubiera bastado) 
Pero ellas hacían muecas 
Se reirían seguramente 
Pregunté dónde podría alquilar una casa 
Habrá por aquí una casa que se alquile?
La imagen de la mujer anterior no desaparecía 
Yo trabajaba para ella 
Sufría posiblemente sufría 
Quería sacarla del abismo


Seguí entonces por los caminos 
El camino mismo me hacía marchar 
Deambulando siempre 
Sin perder completamente las esperanzas 
Siempre mirando hacia atrás 
Llegué a un villorrio 
Pero las chozas habían sido quemadas 
Solo quedaban los esqueletos
En un recodo del camino encontré una posada 
Un anciano que vendía menestras 
Vendía vino 
Descripción del anciano: 
Recuerdo que usaba un guardapolvo 
Recuerdo las botellas de diferentes tipos 
Pidió a otro cliente que me llevase en su automóvil 
Cuando el motor ya estaba en marcha se acercó a la cabina 
Hizo un obsequio
Y me animó para que siguiera indagando 
Siguiera buscando.
El chofer no era un isleño 
Pero había llegado antes que yo 
Fumaba 
Tenía una casa por armar 
Veinticinco mil costaba esa casa 
La armaría en el lecho del río 
"Aquí no hay dónde levantar unos palos" 
"Sólo existe el lecho del río" 
Y el invierno? 
"No hay que pensar en el invierno" 
"No correrá más agua" 
"El agua estará en todas partes" 
"Pero no en el río" 
"Los tranques..." 
(Respuesta enigmática)


Pero yo estaba seguro de la catástrofe 
Descripción de la catástrofe: 
Cuando asomamos al valle vimos avanzar las aguas turbulentas 
El río se llenaba rápidamente 
Corrí hacia el puente 
Habrían escapado los míos? 
Las aguas empezaban a apoderarse de todo 
Pero aquella mujer valiente no ha sido derrotada 
Da voces 
Refunfuñando despierta esa mujer maldita 
No quiere salvar a sus hijos 
"Después los iré a buscar" 
"Primero hay que averiguar quién destapó los tranques" 
La culpa recae sobre un zorro que andaba en busca de alimento 
Lo acorralan contra la ribera 
Gime 


Escupen sus ojos 
Yo rescato mi hija. La acerco al fuego 
Froto su cuerpo 
Mueve los pies 
Trato de volverla a la vida
Pero aquello parece una caja 
De su cabeza salen llamas
Tengo que volverla al agua 
Recriminaciones de la mujer 
Tú eres el culpable de todo
Tú eres el culpable de todo.

22 noviembre 2010

15 noviembre 2010

Balada de lo que no vuelve (Huidobro)

Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La Poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?

Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve en dónde estoy?

Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
Decid ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

Las lágrimas se hinchan se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Mirad me os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino empieza

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia del brazo con la muerte
Oh hermano nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar

12 noviembre 2010

Y dale...

La peste que se propaga por el castillo
penetrando murallas y matacanes
roca y granito
pasto y arenales.

La peste que se infecta en cuanto idiota se le cruza
invadiendo torsos, brazos y manos
hasta perderse en lo más repugnante del ser.

La peste que atormenta la cabeza del infortunado
contra seso y cordura
contra el olvido y la empatía.

La peste agota todo
                                          pervierte todo

la peste que ahora se hace imposible ocultar.

07 noviembre 2010

Definición de Amor (Francisco de Quevedo).

Es hielo abrasador, es fuego helado, 
es herida que duele y no se siente, 
es un soñado bien, un mal presente, 
es un breve descanso muy cansado. 
Es un descuido que nos da cuidado, 
un cobarde con nombre de valiente, 
un andar solitario entre la gente, 
un amar solamente ser amado. 
Es una libertad encarcelada, 
que dura hasta el postrero paroxismo; 
enfermedad que crece si es curada. 
Éste es el niño Amor, éste es su abismo. 
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada 
el que en todo es contrario de sí mismo!