La peste que se propaga por el castillo
penetrando murallas y matacanes
roca y granito
pasto y arenales.
La peste que se infecta en cuanto idiota se le cruza
invadiendo torsos, brazos y manos
hasta perderse en lo más repugnante del ser.
La peste que atormenta la cabeza del infortunado
contra seso y cordura
contra el olvido y la empatía.
La peste agota todo
pervierte todo
la peste que ahora se hace imposible ocultar.
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